Adán y Eva son probados

Adán y Eva eran muy felices en el jardín, ¡era tan bonito!
Como he dicho antes, Elohim puso también en el Edén todo

tipo de animales, uno de estos animales era una serpiente.

Era muy astuta. Un día, la serpiente habló con Eva, y le dijo:
- “¿Es verdad que Elohim les dijo que no deberías comer de

ningún árbol en el jardín?”

 

 

 

 

 

 

Eva dijo:
- “Podemos comer de todos los árboles menos del que está en el centro,

el del conocimiento del bien y del mal, porque si no, moriremos.”
Pero la serpiente dijo a Eva:
- “No vas a morir. Elohim sabe que si comes ese fruto, llegarás a ser como

Él y es sólo esa la razón por lo cual Él no quiere que lo comas.”
Eva miró el fruto, era hermoso. Pensó un poco pero,

al final agarró el fruto y lo comió. Después le dio parte del fruto a Adán para que lo probara.
De pronto se miraron y se dieron cuenta que estaban desnudos. Rápidamente cosieron hojas y se hicieron ropas.

​

Luego oyeron a Yahweh y se escondieron de Él.

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Yahweh llamó al hombre (Adán) y le preguntó:
- “¿Dónde estás?”
Adán respondió:
. “Te oí y tuve miedo porque estaba desnudo.”
Yahweh le preguntó:
- «¿Y cómo lo supiste?»
Adán confesó que él y Eva comieron el fruto que no

debieron comer.

Luego trataron de poner excusas diciendo:
- “La serpiente nos engañó.”

 

Amiguito: ¿Alguna vez has tratado de culpar a alguien más cuando tú hiciste algo

indebido? ¿Has tratado de esconderte para que nadie te encuentre por algo que hiciste? ¡Si has hecho estas cosas, hiciste exactamente lo que Adán y Eva hicieron!.
 
Vamos a ver lo que sucedió después.

Yahweh les explicó que ellos al tomar la decisión de comer el fruto le habían desobedecido. Él los amaba pero tenían que ser responsables y asumir las consecuncias por lo que habían hecho, pues les había hecho una advertencia y aún así, desobedecieron. Entonces los tuvo que sacar del jardín para que no comieran del fruto de la vida y vivieran para siempre en pecado y sufrimiento. Así, comenzaron a experimentar situaciones difíciles, como: trabajar mucho la tierra para cosechar comida, los dolores iban a ser más intensos, el cansancio, iban a surgir enfermedades, etcétera, todo como consecuencia de la desobediencia.

Pero Yahweh todavía los amaba y cuidaba.
Permitir que experimenten sus consecuencias no significa que no los ame, es aplicar disciplina para ayudarlos a que no vuelvan a hacer lo mismo porque les puede ir mal. Por eso, no hay que ceder a la tentación.

 

¿Pero qué es tentación?

Tentación es el deseo de hacer algo que sabes que no es correcto.

Les voy a contar una historia

En una osación un niño estaba en la cocina de su casa y vio como su mamá ponía la última tanda de galletas recién horneadas en un plato. Eran unas ricas galletas que su mamá hacía, con trocitos de chocolate.

- Mmmm…estas galletitas se ven muy bien. Estoy tentado a comerme una ahora mismo, pero no se si mi mamá me lo permita antes de la cena - pensó Jorge.

 

Extendiendo su mano para tomar una, escuchó que su mamá le dijo:

- ¡Deja la galleta donde está! “Serviremos la cena dentro de poco y la merienda te va a quitar el apetito. Puedes comer galletas después de la cena.

- “Está bien",  dijo Jorge y devolvió la galleta al plato. - “¿Puedo salir a jugar con Roberto?”

 

- "Está bien, ten cuidado". Dijo su mamá.

Jorge y Roberto jugaron por un rato, pero después entraron a la casa a tomar agua. Las galletas estaban en la mesa todavía.

 

- “¡Mira!”, dijo Roberto, “¡galletitas con trocitos de chocolate! Comámonos una.”

- “Mi mamá me dijo que no comiera galletas porque me quitaría el apetito.”

-“Ayyy, noo..” suplicó Roberto, “una galletita no te va a quitar el apetito.”

- “Bueno, creo que no me hará daño el comerme sólo una,” dijo Jorge estando de acuerdo con Roberto.

 

Justo cuando terminaron, Susana, la hermana de Jorge, entró a la cocina.

 

- “Mami hizo galletas y están bien sabrosas. ¿Quieres una?”

 

De tal manera que todos comieron una galleta.

Esa noche en la cena Jorge no tenía mucha hambre. Su mamá notó que no estaba

comiendo. “No estás comiendo. ¿Te pasa algo?”, preguntó su mamá.

- “No, no tengo mucha hambre,” dijo Jorge. -“Me desobedeciste y comiste galletas antes de la cena, ¿verdad?”

“Sí, pero Roberto dijo que no me quitaría el apetito si nos comíamos una… o dos,” indicó Jorge tímidamente.

- “Estoy muy decepcionada,” dijo la mamá y lo castigó no permitiéndole jugar en la computadora por una semana.

Amiguitos, debemos aprender a obedecer a nuestros padres. A veces no entendemos por qué ellos nos dicen que no hagamos una cosa u otra. Adam y Eva quizás tampoco entenderían por qué no comer ese fruto hasta que se dieron cuenta de lo que perdieron. Perdieron la santidad, el haberse dado cuenta que estaban desnudos es una muestra de que perdieron la santidad con la que Yahweh los había hecho. La santidad es un estado espiritual muy elevado que no es fácil de lograr. Es un estado donde se siente mucho shalom, mucha paz y se tiene mucha sabiduría.

Cuando Adam y Eva pecaron fueron expulsados del hermoso jardín del Edén, sin embargo, Yahweh no los abandonó, les hizo ropa e hizo una promesa de perdón, para darles otra oportunidad para mejorar y tener una vida durarera de verdadera calidad.

Si has sido desobediente, tu también tienes otra oportunidad para mejorar, pero debes sentir el deseo sincero en tu corazón de cambiar. Cuando tu mami y papi ven que ahora estás obedeciendo, hay una alegría muy grande en sus corazones… entonces en vez de haber castigo, hay recompensas!

 

¡Y quién no es feliz con las recompensas!
 

Nuestra recompensa como hijos arrepentidos de Yahweh es

la vida eterna.
 

¡Que Yahweh nos ayude amiguitos, a ser obedientes!
 

Shalom!