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Agar e Ismael expulsados de la casa de Abraham

¡Shalom!

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  Sarah vio que el hijo que Hagar la mitsrita le había dado a Avraham se burlaba.

 

  Y le dijo a Avraham: “Echa fuera a esa esclava y a su hijo, porque el hijo de esa esclava no compartirá la herencia con mi hijo Yitsjaq”.

 

  El asunto angustió mucho a Avraham, porque se trataba de un hijo suyo.

 

  Pero Elohim le dijo a Avraham: “No te angusties por el muchacho ni por tu esclava; en cuanto a lo que te dice Sarah, haz lo que te diga, porque es mediante Yitsjaq que se perpetuará tu linaje. En cuanto al hijo de la esclava, haré de él una nación también, porque él es tu descendencia”.

 

  Temprano a la mañana siguiente Avraham tomo un poco de pan y un odre de agua, y se los dio a Hagar. Se los puso en el hombro, junto con su hijo, y la despidió. Y ella se puso a vagar por el desierto de Beer Sheba.

 

  Cuando se le acabó el agua del odre, ella dejó al niño debajo de uno de los arbustos, y fue a sentarse a la distancia, a un tiro de arco, porque pensaba ella: “No quiero ver cuando muera el niño”. Y sentada así a la distancia, alzó la voz a llorar.

 

  Elohim oyó la voz del muchacho, y un mensajero de Elohim llamó a Hagar desde el cielo y le dijo: “¿Qué te preocupa, Hagar? No temas, que Elohim ha atendido la voz del muchacho donde está. Ven, levanta al muchacho y tómalo de la mano, que yo haré de él una gran nación”.

 

  Entonces Elohim le abrió los ojos y ella vio un pozo de agua. Ella fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho.

 

  Elohim estaba con el muchacho y este creció; habitó en los desiertos y se hizo arquero.

 

  Vivía en el desierto de Parán; y su madre le consiguió una esposa de la tierra de Mitsráyim.

 

Bereshit (Génesis) 21:9-21

 

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